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para jane

hay que buscar otro dibujo
un catálogo de pastillas diseñadas que arrojen nuevos horizontes
mientras bailamos sin querer sobre uno de esos bordes que dan tanto miedo
por donde se despeñan acantilados y bombas y fuegos artificiales
y flores y ahogados y alguna que otra mentira
con la que haremos magia para conjurar el fuego

si hace frío
invierno nieve temporal tormenta granizo
lluvia trueno huracán rayo frío helada
aguanieve la que transita estas arterias de cartón
en las que de pronto nacen árboles

entonces anochece
viene el capitán con su sonrisa de medio lado
y su mano que roza las estrellas mientras habla

la noche se bebe en jarras de oro líquido
que hacen de las arterias algo valioso

sonreímos
brindamos

qué puedes decir de este verano?

“los poemas empiezan como empiezan
y acaban como acaban:
igual que los veranos”

noite poética

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horas

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30 de octubre


15.35 hrs

ardiente mente la fiebre
es un ladrido sin mortajas

15.40 hrs.

voy a ordenar el taller
y a coserme un botón en el pecho

15.50 hrs.

botón cosido
botón caído

16.00 hrs.

acabo de grafitear un libro de Lupe
grafitear libros marea un poco

aun así: quieres volar?

a mí también me gusta el origen de la voz
de todos esos pájaros
escalando los fonemas de la noche
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los desertores que más duelen, son los ojos de una misma
la conciencia del hueso aterciopelado del melocotón quemadura de golpe

el silencio es un preso sin grillete que se tumba horizontal en su celda
le duelen las rodillas, la espalda y los codos
despeinado quisiera desdecirse de lo que nunca dijo
pero su propia condena va implícita en todo el eco que lo astilla

yo presentaré batalla en su nombre
dentro de mis paredes de aceituna

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Lo que habita en el cristal

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Nuevo libro de Groenlandia y Cinosargo Ediciones:


“Lo que habita en el cristal (antología jóvenes poetas españoles)”


Con poemas de: José Ángel Barrueco, David González, Ana Pérez Cañamares, Eva Cabo, Luisa Fernández, Antonio Huerta, Andrés Ramón Pérez Blanco, Gsús Bonilla y Ana Patricia Moya

el día de tu santo

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El día de tu santo

te hicieron regalos muy valiosos:

un perfume extranjero, una sortija,

un lapicero de oro, unos patines,

unos tenis Nike y una bicicleta.

Yo solamente te pude traer,

En una caja antigua de color rapé,

un montón de semillas de naranjo,

de pino, de cedro, de araucaria,

de bellísima, de caobo y de amarillo.

Esas semillas son pacientes

y esperan su lugar y su tiempo.

Yo no tenía dinero para comprarte algo lujoso.

Yo simplemente quise regalarte un bosque.


Jairo Aníbal Niño, La alegría del querer

antología del desamor de la revista groenlandia

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http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/antologia-desamor

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noroeste costeño (el día de estaca de bares)

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Aqueteleo 2010

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ilustración de jimmy liao


a veces olvido quién soy
salgo a la calle deseando que nadie me conozca
y al mismo tiempo queriendo que el sol se fije en mí
o que la lluvia no me moje

el frío es un tendón en medio de silencios
tenso como las palabras incisivas

es carnívoro el fonema que ahora me desarma
los mismos veleros en mi sangre
decapitan al mar para esconder tesoros

yo tengo dos manos dos pies dos ojos
y un rojo corazón que me domina

escondido entre cicatrices
a veces el futuro es la sombra de la herida

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ilustración de jimmy liao

ayer

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ayer te eché de menos desde las palmas de los pies
desde la tierra
desde los nudos cardinales

te eché de menos en la fideuá
no estabas entre los fideos, ni entre los restos del tomate
los pimientos se habían quedado fritos y no hablaban

comí con un silencio acuclillado en las entrañas

te extrañé te entrañé

reseña

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desde la dura realidad de plástico
las cosas y su juego

la risa no tiene cultura fronteras

poesía:

vasija de vidrio
sin mis ojos

yo hice de ti un recurso infalible
para volar en círculos

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la sensación de un invierno consentido/ el pelo cayéndole en cascada por la espalda/ el origen de la palabra iglú y todos los esquimales que caben dentro/ el sentir una enorme cuchara que te vacía y no saber quién te está comiendo/ abajo el mapa/ isla indómita la pared/ el techo/el muro/ lo que quedó de ella detrás de tanto escombro/ la herida como una flor silvestre/ sencillos múltiplos de la miseria: la alegría es para todos

casamanita cartoneira en la feria del libro de lugo

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cuentos grandes para calcetines pequeños

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III Festival Internacional de Cuentacuentos "Cuentos grandes para calcetines pequeños"
Oaxaca, México, 2010



Casamanita Cartoneira

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Poemonstruos de Eva Cabo



Retallos e un poema alcólico de José Cedrón



Verde amianto de Raquel López



Mecánica poética de Lupe Bao

una mujer

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una mujer usa las habitaciones como armarios

yo uso el comedor como taller
uso las sillas de los poemas de gloria fuertes
me siento en ellas y repaso la piel de la madera
mientras cepillo con cola
la larga cabellera de la tapa de un libro

recorto letras de palabras para que digan otra cosa
ensimismada repaso las carencias que me habitan

para qué una casa si ya viven en nosotros tantas cosas

casamanita cartoneira en lugo

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baílame

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pienso a menudo en brecht

en la importancia de la piedra que también quiere ser alguien
en brecht escribiendo sobre el hombre que llevaba a cuestas un ladrillo
para enseñarle al mundo cómo era su casa

tengo que enseñarle al mundo otras cosas
la no pared me inunda
en cualquier ciudad del mundo habrá un banco verde para una margarita
una mano desconocida que me salve
una aceituna sin hueso en la que acurrucarme una noche fría
un viento del desierto que haga espiral el caracol de mi oído

una lengua de fuego lame mi conciencia
tres pájaros calcinados renacen de mí

el ritual la palabra el ritmo

baílame bambú, baílame

mi celda es pájaro

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ilustración de nicoletta ceccoli



que la iniciativa parta del contrario
-no es una guerra la batalla que el corazón libra-
el camino es un asfalto de silencios
donde perdura la conciencia del paso

la arcilla perece en las pestañas
el grano de arena en el ojo que pide
el contorno del labio podrá ser quizás
la respuesta que busca la boca que dice

dormir soñar sonámbulo amanecer del holocausto
la pared de mi celda es pájaro

Eunice Odio

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I

Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.

II

Arqueándome ligeramente
sobre mi corazón de piedra en flor
para verlo,
para calzarme sus arterias y mi voz
en un momento dado
en que alguien venga,
y me llame...
pero ahora que no me llame nadie,
que no quepo en la voz de nadie,
que no me llamen,
porque estoy bajando al fondo de mi pequeñez,
a la raíz complacida de mi sombra,
porque ahora estoy bajando al agónico
tacto de un minero, con su media flor al hombro,
y una gran letra de te quiero al cinto.
Y bajo más,
a las inmediaciones del aire
que aligerado espera las letras de su nombre
para nacer perfecto y habitable.
Bajo,
desciendo mucho más,
¿quién me encontrará?
Me calzo mis arterias
(qué gran prisa tengo),
me calzo mis arterias y mi voz,
me pongo mi corazón de piedra en flor,
para que en un momento dado
alguien venga,
y me llame,
y no esté yo
ligeramente arqueada sobre mi corazón, para verlo.
y no tenga yo que irme y dejar mi gran voz,
y mi alto corazón
de piedra en flor.

Declinaciones Del Monólogo
Eunice Odio

martes de megáfono en la ciudad de méxico

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billy collins

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1 de febrero

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roto el compás
roto lo lleno de la luna y su ponencia sobre él
rota la noche quirófano donde arreglar la ausencia del amante
rotos los vasos ya no beberé las venas transparentes del reflejo
rotos los brazos del náufrago sólo se salvarán sus ojos
rotos los mudos modos del sol acuchillando la tiranía del asfalto
rotas las olas cojo el mar se apoya con la lengua en las orillas
roto el poema acuclillado junto a mí mirando loco una peca que nació de él

amaneció

llegamos al cotillo y olía a mar
saludamos a las gaviotas y olía a mar
entre la gente que hablaba otros idiomas, en sus erres agudas y en la exacta simetría del abrazo que de pronto dos se daban, en el sol desentramando el laberinto de las pieles protegidas, en las ráfagas de viento que amenazaban con arrastrarnos un paso más allá de este destino ahí también olía a mar
a veces es tan grande el horizonte que no cabe en la palma de mi ojo, pensé
lo pensé en voz baja lo dije para mí y un chico italiano quizás creyendo que me oía le sonrió a su acompañante y un perro igual a otro perro de otro poema pero de otro país se acercó a darme un beso quizás confundiéndome con alguien

comimos pescado a un paso del desierto
cerré los ojos,
cuántos mediodías de verano caben en el adiós?
tres
, contestó el mesero
no sé si serán muchos, dijo mi madre
depende del hambre que tengamos, dijo moní

se comen, pensé

como la playa de las dunas con la sensación de nieve en el tobillo de los ojos
me hundí en la arena buscando la raíz de los volcanes
corrí midiendo la parte impar del mundo

tomé tres caracolas
diminutas como el espacio que el corazón dedica a las desgracias

antes de ayer otra montaña
la carretera de asfalto nos llevó al faro del sur donde el mar divide en dos sus posibilidades
es tan pequeño todo que apenas alcanza un ojo para ver

plasson, amigo, los barcos son los ojos de la mar
qué son los faros?

lección de boca (ejercicio poético)

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MAPA

trazo un mínimo tallo detallado
insólito como la boca del almendro
conocedora del secreto del fruto seco

y de los pasos que doy en falso
cuando me pierdo en el mosaico de las selvas
que me llenaron de agujeros el ojo
y sin embargo piso en la cocina la hojarasca:
fértil musgo con el que alguna vez alimenté
la boca del más cruel de mis destinos


LATIFUNDIO

el corazón padece siempre los trastornos propios de un tren
constantemente lleno de pasaje, de revisores que pasan factura
de maquinistas que lo llenan de carbón como un rey mago
constantemente en contacto con el suelo
con la dureza del raíl que se desliza
para que todas las pasiones se concentren
en el cerrojo de la boca que no reza
en el rojo de la boca que no besa
en el ojo de la boca que no cesa



SEMEJANZAS

la media luna del cielo no tiene dientes
va fraguando tan desmedida el deseo
que siempre la encuentran los amantes
en el baile bullicioso de la sábana

como el mecanismo del beso
que se esconde en el armazón del labio


FESTIVAL

es el festival de la castaña
el que trae fiera luz a tus ojos verdes

¿de qué color nació el ayer del día?

¿sospechas que las torpes águilas
robaron un trombón y un equinoccio?

es tu boca un festival
un festín para los sordos
que te pueden mirar sin que interrumpa
tan siquiera un milimétrico aliento de sonido


SOL

el sol saliva sediento
queriendo ser boca



ANDÉN

ande andén:
no interrumpa los pasos del que vuelve
no interrumpa los pasos del que fue

siéntese, andén
en uno de sus bancos
y llore como las grietas de los pasos
saque un pañuelito del bolsillo derecho
y despida con gracia el aleteo del último vagón

luego llore, andén
inunde las vías
deje que el tren se haga a la mar

fascinado
lleve el índice de la mano derecha
a su boca recién nacida

y pida silencio, andén :
tiene tres segundos


VOCABLO

la última boca que te vi era una calle

por la que yo corría con los dedos expuestos a la vida
vocalizando mi tacto como si estuvieran aprendiendo a hablar

de las aceras es la vocación orgánica de las pisadas
de las aceras es la in
vocación noctámbula de los insomnes

de las aceras es la boca del pie
a la que nadie escucha porque siempre está de espaldas

atelier 5

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carta para los que huyeron del paraíso

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(...)

crece otro tiempo en cada uno de nosotros
cada uno que palpa su propio desierto y empieza a descifrarlo
cada uno que le pone sol y oasis

hay un lenguaje para esta época en la que cada gente
se pregunta quién es de distinta forma y adónde va sin preguntar cómo
hay una espiral en el fondo de cada gota ácida de sangre
detrás de cada huracán que desploma al de enfrente en mil partículas de sal

nacieron cien dragones desde la primera vez que me tocaste y no nos dimos cuenta

yel espejo de barro que lloraba consentido se vuelve de fuego
a cada imagen que desvela, me muestra reflejos de mí que no conocía

me salpica donde más me duele para que el jardín sea cada vez más

una ciudad, una ciudad será nuestro secreto
rojo dragón que me dominas con tu fuego de amapola

arde arde arde arde

arde mi voz
que busca nueva vida
para que no me suba el nivel del mar a la azotea
llena de geranios rojos y rosas como panteras
llena de gente sentada para ver
los fuegos de artificio que me cosí a las manos

arde mi fachada en mil colores
de mi boca el humo rojo que incendia la noche
arde el caos en los ojos del hombre que juzga
en las caderas de la mujer que condena
arde mi razón aniñada en una sombra de la pared pintada con tiza

ardo de sed
ardo de rabia

cuántos fuegos caben en una persona
cuántas personas caben en una persona
porque yo me conocí de diez mil formas distintas
en distintos colores y en distintas gamas
me conocí en Berlín, en invierno
-cuando era paloma congelada-
y en Lisboa, en primavera
-cuando era de piedra luz
cuando era tren de vagones azulados-

cuánto es capaz de arder si sobran días fuera del tiempo
fuera del universo de los días

en el balcón un hombre
debajo un mundo feliz en el país de las maravillas

¿cómo te sientes?
porque sigue habiendo detrás de uno de tus años
un desierto donde siempre llueve

llueve y arde
y hay una isla que no te pertenece
-por más que quieras convencerte de lo contrario-
es propiedad de todos los piratas que naufragan
porque saben que hay una isla que les pertenece

siempre

aunque ya no haya mundo
ellos tendrán su isla
y tú tu jard
ín