la ola crecida de tu boca
buscará abismos donde atravesar puertas
encenderá a su paso los faros muertos del olvido araña
intensa su pisada hará sombra al camino de tus dientes
morderán hasta arrancar la carne del verso que contiene al maremoto
al mar insólito donde se desvisten los fonemas
y empieza el canto a ahogarse en su propia pared
busca la lengua
raíz cervical del silencio que invoca entre musgo
la verde transparencia de los días
y qué si luego el cuerpo ya no dice nada
los tréboles robados a la tierra no dan más suerte que las flores
te detendrás, absurdo pájaro cereza
abrirás un agujero en la escafandra de las horas
por donde escapará el poso de tu canto
removido una y otra vez por la cuchara del destino
yo estaré a miles de raíles de tu sombra
escuchando música en las telarañas
haciendo escombros los pulmones de mi nombre
que se hincharán de ironía y sonreirán por mí
tal vez
cuando amanezca
el año cambie su punto de encaje
y nos mire con unos ojos que no nos vieron nunca