el mal ya está hecho

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el mal ya está hecho
mientras los dioses discuten sobre mí
y sangran silenciosos granadas
sobre el fonema más acuoso de mi lengua

no hay por qué huir
si la verdad decide por nosotros
e instalada en nuestro propio corazón
se escapa por los polos opuestos de este mundo
y tal vez nos sobrepase sin saber
que también con espinas en el cuello
se puede respirar, aunque te ahorquen los fantasmas
y la lluvia esté asustando tus pulmones

tenemos miedo desde ayer
fundido con las ganas de hacer amor desmesuradas
y no nos importa decir que somos frágiles como el caparazón de la tortuga
sencillos como el sendero que sigue el copo de nieve en su descenso a los infiernos

estoy tratando de mantener la calma
aunque si la calma quiere irse es porque no está tranquila
le sobramos como sobran las mantas para el frío con el calor de la mañana

no escuchamos solo lo que se pronuncia
lo impronunciable está latente en cada cosa que palpamos
amamos el mar porque nos duele tanto infinito concentrado en una sílaba
que no seremos capaces de morder nunca

me salieron al paso dos grúas que confundí con molinos
las esquivé con un martillo que les recordó su infancia
me salieron otra vez los dientes con los que mordí la primera manzana
los que hundí en el primer cuello los que se me cayeron de vergüenza
sellé con besos una partitura sucia donde escribiste tres veces mi nombre

pero ahora estamos pluviosos
sencillos
milimétricos
asustados
tremendos
nos quitaron el asfalto
y tanto sol se pega a la suela en la garganta

tengo dejavús
mamá, me duele
como le duelen a la rosa las espinas que no sangran
estamos lejos de hacernos grandes
y los gigantes de mi sombra desmedida
hablan con los pájaros de mi conciencia

la ciudad contrajo sus pulmones
estornudó sobre las pieles sensibles de este mundo
y amaneció con la boca tapada por los besos que no se dieron
por los besos que las patrullas detuvieron en las calles
y encerraron en los calabozos sin derecho a abogado
y la ciudad cerró su ojo sobre el centro como una burbuja protectora
para que el beso estuviese a salvo en alguna parte de su cuerpo

y yo caminé por esas calles como si la huella del beso
fuese una herida que yo siempre quise tener en mi vientre
caminé de puntitas para no dolerle a nadie
porque dentro de mi hay alguien que camina mis calles
como si la huella del beso fuese una herida
que siempre quiso tener en su vientre
y camina de puntitas para no dolerme nunca

están desubicados los fonemas desde ayer
y la gente abarrota los supermercados buscándolos
en el arroz en los frijoles en las papas en los chiles
y van a los restaurantes que están cerrados a preguntar por ellos

hay pandemia de no abrazos
de no labios al viento enrevesado de los rascacielos
a no hacer de la mano embajadora del saludo
histérica la concesión a lo desconocido

la gente huyó de la ciudad
se saltó la cuarentena
y nos dejó a unas pocos
con tantas ganas
de respirar a cielo abierto
que esterilizamos
los labios con cerveza
y nos creemos mariachis encendidos

el tráfico ahora es sólo cosa de los corazones
la contaminación ya no viene del caos
y los pocos que quedamos –millones-
apagamos la tele y prendemos las velas
que dentro de nosotros mismos son tan sabias
que nos dan calor y no nos queman

5 pájaros en el árbol:

Sor Juanais dijo...

Este blog quedó hermoso.
Toda tú eres hermosísima.
Te adoro.

Ophir Alviárez dijo...

Te sigo por el sendero de las letras y la luz.

Un abrazo sin tapabocas

OA

Anónimo dijo...

Te quedó shido el bló, Galle.

Os quiero quiero!

el árbol rojo dijo...

qué lindas las tres!
besototes

María Tabares dijo...

Te quiero Evaporadita. Por aquí te sigo...

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