una mujer
una mujer usa las habitaciones como armarios
yo uso el comedor como taller
uso las sillas de los poemas de gloria fuertes
me siento en ellas y repaso la piel de la madera
mientras cepillo con cola
la larga cabellera de la tapa de un libro
recorto letras de palabras para que digan otra cosa
ensimismada repaso las carencias que me habitan
para qué una casa si ya viven en nosotros tantas cosas
baílame
pienso a menudo en brecht
en la importancia de la piedra que también quiere ser alguien
en brecht escribiendo sobre el hombre que llevaba a cuestas un ladrillo
para enseñarle al mundo cómo era su casa
tengo que enseñarle al mundo otras cosas
la no pared me inunda
en cualquier ciudad del mundo habrá un banco verde para una margarita
una mano desconocida que me salve
una aceituna sin hueso en la que acurrucarme una noche fría
un viento del desierto que haga espiral el caracol de mi oído
una lengua de fuego lame mi conciencia
tres pájaros calcinados renacen de mí
el ritual la palabra el ritmo
baílame bambú, baílame