|



6 DE ABRIL NUBOSO


Abren y cierran puertas sin cesar,

se abre una puerta y se vuelve a cerrar,

se cierra y se vuelve a abrir.


Buscan sin cesar al otro

y después de encontrarlo, se separan,

y después de separarse continúan buscándose.


Jimmy Liao, Hermosa soledad, Bárbara Fiore Editora

absurdo pájaro cereza

|


la ola crecida de tu boca
buscará abismos donde atravesar puertas
encenderá a su paso los faros muertos del olvido araña
intensa su pisada hará sombra al camino de tus dientes

morderán hasta arrancar la carne del verso que contiene al maremoto
al mar insólito donde se desvisten los fonemas
y empieza el canto a ahogarse en su propia pared

busca la lengua
raíz cervical del silencio que invoca entre musgo
la verde transparencia de los días

y qué si luego el cuerpo ya no dice nada
los tréboles robados a la tierra no dan más suerte que las flores

te detendrás, absurdo pájaro cereza
abrirás un agujero en la escafandra de las horas
por donde escapará el poso de tu canto
removido una y otra vez por la cuchara del destino

yo estaré a miles de raíles de tu sombra
escuchando música en las telarañas
haciendo escombros los pulmones de mi nombre
que se hincharán de ironía y sonreirán por mí

tal vez
cuando amanezca
el año cambie su punto de encaje
y nos mire con unos ojos que no nos vieron nunca

Tijuana

|


Qué tan frontera somos todos. Qué tanto les andamos poniendo límites a los demás. A cuáles dejamos ver a cuáles no.

---------

Los lugares con alma de frontera parece que están en el límite de algo. Desterrados se adueñan de todo lo que pueden para ser por sí mismos sin necesidad de alrededor.

---------

Eva piensa tal vez sea bueno ponerse sombrero como el otro profesor, los sombreros son poéticos como las sombrillas de las bebidas tropicales.

Yo una vez visité Florido California, irá presumiendo por ahí a partir de ahora.

---------

Todos los que de un modo u otro atraviesan algo quedan tatuados. Se mira las manos y no deja de sorprenderle la decadencia de las líneas.

---------

Luego al lado del muro. Al lado de marmuro muromar. Las cruces. La alambrada. Las estacas de vampiro clavadas en el corazón el mar. Todas esas cruces que no sirven para ahuyentar a los fantasmas. Los ojos morenos de un hombre le dicen a Eva al oído cuántos cactus clavándose en el entrecejo del ombligo cuántas cosas dichas queriendo decir otras cosas cuántas palabras disparadas como un enjambre de balas sin destino aparente cuántas muertes incendiándonos la conciencia que se queda muda de pura vergüenza sigue con tus ojos todos esos pájaros que no tienen noción de frontera y verás lo lejos que puedes llegar olvida tu atalaya y tus creencias en los puntos cardinales olvida las margaritas el horizonte tu manada y luego dime qué realmente ves.

---------

Eva le envidia a Omar su apellido pero lo guarda en secreto. Dice Omar que llorar sobre dos ruedas no es sano. Lauri y el carnaval, si alguien me regala la suerte yo la compro. Bibiana de escuetos poemas, Eva piensa también en secreto que el evento del tosido le cae muy bien en estos días y que ella también tiene una piedrita en la garganta. Carlos y sus poemas texturizados. Alejandro el que pregunta es el único narrador de la mesa y narra con un deje poético.

Eva piensa en secreto que le encantaría robarle algunas frases a Rafa, pero como le cayó bien no lo hará. Si no nos sintiémos tentados por algo qué sería de nosotros.

martes de megáfono: libre poesía libre

|

martes de megáfono: damas de la caricia

|


el flyer es cortesía de chikistencil

la vida antes de Tijuana

|

Eva tienes mala cara, tos, calentura, cuándo es que vas a Tijuana? No sé si puedas, llama al doctor y dile. El doctor dice Eva hazte la prueba de la influenza, tienes todos los síntomas. Eva dice Eva no usa influenza, por favor, no. Pero en el laboratorio empieza a hacer un cálculo aproximado de las personas a las que pudo haber contagiado en la última semana: los 1200 del Congreso de Lengua Española de Salamanca, la gente de la FILIJ, sus alumnos, los que fueron a las funciones. Sólo de pensarlo le sube la fiebre. Eva? Sí, mire que pude haber contagiado a muchas gentes. No se crea. Se lo digo de verdad. No querrás hacerme creer que eres tú la que propagó el virus. Eva pone cara triste: no es una persona importante. La prueba da negativa. El doctor pincha a Eva con sus agujas y le da un papel donde dice que no tiene gripe A y le dice que así podrá viajar en avión en caso de que pongan algún problema por la calentura, verán que su mal es otro. Ofendida dice que ella no quiere hablar de sus males, y menos con él. Me dejé con Pablo, dice Eva. El doctor se disgusta y no se lo cree y exclama cómo, pero si ya llevaban mucho tiempo juntos, cómo están, no pareces triste, dile a Pablo que me llame. Dejándonos, diez años, bien, ahora no estoy triste estoy enferma, se lo diré. Sale de la consulta , llora en un ángulo oscuro de la calle Medellín y compra un agua de toronja con piña y guayaba. Llama a Pablo por teléfono y Eva dice no estoy enferma estoy triste como un bonsái, qué hago, Pablo dice ven a buscarme y vamos a cenar sopa de tortilla a casa de Lauri. Van. La sopa está caliente. El señor Mar se va otra vez. Hay megáfono Eva dice yo mejor me voy a casa a dormir, me duele la cabeza el altiplano y una víscera, pero mañana nos vamos a Tijuana.

Tijuana

|






martes de megáfono: poesía de anestesia

|

Tijuana

|

Las Poetas del Megáfono en Poesía en Voz Alta

|








azul metálico brillante

|

----------------------------------------------------------------------------------

azul metálico brillante
frente a la puerta de mi casa
todas las noches duerme un bocho

como una nube más en el cielo inmenso del asfalto

dentro de sus puertas llueve
sus cristales condensan la palabra vendaval y la desatan

un hombre sale y al salir cierra un paraguas y se dobla
camina con los tonos violentos de la noche volviéndose eco

el eco de su rueda es el frenazo
el eco de su pluma son las letras patinando borrachas en la blanca pista helada
el eco de su herida es una cicatriz sin agasajos

en la esquina se lanza en picado sobre un taco y celebra los ojos de la doña
la luna enciende un farol adentro de su pecho
abre una puerta que tal vez siempre debiera estar cerrada

las sombras de la noche hacen esquinas
y alguien desafina una metáfora

desde el balcón salto como un gato:
ser un rasguño en la historia de esta calle
es menos violento que ser yo tan despeinada

me enrosco en la boca de un borracho

duermo diez horas seguidas:
sueño con un tigre que me devora por dentro
y deja mi piel andando libre por el mundo

el vacío que vestimos las personas ciertos días
no es tan fácil de ver como un eclipse
pero se siente como el agua que baila en la sartén del olvido

el mismo tigre deja en un trigal amarrada en una espiga
la alegría del sonido del rasguño

todo lo que vive en este mundo rima con grillete, dice
se queda la vida afónica queriendo romper de palabra las cadenas

está haciendo frío
el tigre deja a un lado de la cama sus espinas
y
me arropa
cobija en el cuenco de su boca las partes de mí
que dejó para más tarde

aún no sé si voy o si vengo, dice
tal vez sea hora de quedarme

el que duerme ahora es él
me levanto sin hacer ruido
me visto con su piel

y con sus rasgos más afilados
araño las paredes del sueño

día de muertos

|

1.

el papel sobre el que escribo anochece con la duda
el camino vuelve a tropezar con las misma canción
si el pie no supiera dónde volar no distinguiría las pisadas

aterrado ante un pelotón de cempasúchil
el rey vuelve a ser bello como antes
vuelve su voz al mismo lugar del mundo
donde antes me amabas

la noche adopta posturas de celofán
rugen las sombras del motor de un niño
muerto, para robarle a alguien el pan de los mañanas

apuesto todas esas lunas, ahora escarcha en el contrabando de los humos
que al rato también amanece
y nadie recordará que fumamos el vacío
que a ciertas horas dejan las estrellas

2.

calaveras de azúcar
calaveritas
calaveras negro chocolate
calaveritas

cómpreme un hueso
güerita
cómpreme un hueso
calaverita

3.

siguen los grillos su ronco caminar a la par de la ventana
las venas de un terremoto en el balcón se convierten en estrías de la piedra
me regañan voces que no conozco
y en el altar de muertos que cosí en el mágico reverso del corazón
mis dos abuelos me dictan remedios contra las picaduras de insectos

las cosas que eran importantes
aún lo siguen siendo

les enciendo un vela a cada uno
para que recuerden la certeza del fuego

cuando un día cualquiera como hoy
el mundo gira sumido en un silencio sepulcral
las flores contienen la respiración
yo aprovecho para saludar a los muertos
que me cortaron el cordón umbilical
y me regalaron la noción que tengo de olvido

a estas altura del poema amanece
y los grillos son esa historia
que se repite siempre

las poetas del megáfono en el festival poesía en voz alta

|



las poetas del megáfono
maría tabares (colombia)/ anaïs abreu (méxico)/ marina ruiz (méxico)/
haydee ramos (méxico)/ nicole delgado (puerto rico)/
lauri garcía (el salvador)/ ximena de tavira (méxico)/ eva cabo (españa)

sábado 7 de noviembre
19.00 hrs casa del lago
bosque de chapultepec
méxico df

martes de megáfono: poesía de disfraces y chocolate caliente

|

la noche de poesía performativa reformativa en el chilango andaluz

|










un vestido nuevo para Marina

|


la noche del chilango, entre las prisas y los nervios, el vestido de marina se perdió, si lee esto le pido que vuelva a casa, si no que tenga buen camino




para Marina Ruiz






voy a vestir tu piel con una letra frágil como el lapislázuli
intenso acento que llevan todas las palabras




tu cuerpo que resuene cascabel de los desiertos
escucha siempre los latidos simples del tobillo sincero que te porta




dragón rojizo nevando soles sobre ciudad paraíso
a ti el tambor, la arcilla, el cauce
del ombligo donde escondes tus temores




volar pisando tierra firme da tanto vértigo
como volar en cruz sonámbulo pez de huesos luna




musa salada/ musa alada
marimba/ mar/ marina

Presentación en el Chilangoandaluz

|

martes de megáfono: poesía de rabo

|

Juchitán de Zaragoza, Oaxaca

|



soñé con un caballo

|

soñé con un caballo y con un perro de nombre comino roquefort
al día siguiente las calles de juchitán estaban cortadas por carros con caballos
y no se podía salir del centro en coche
entre esa multitud vi al caballo soñado
p.d. aunque en la foto no se aprecie bien, es un caballo con sombrero, es decir, un caballero

martes de megáfono: poesía de azoteas

|

taller de narración oral en espacio sinapsis

|

el mar y baricco

|
Sigue mirando fijamente el mar: silencio. De vez en cuando moja el pincel en una taza de cobre y esboza sobre la tela unos cuantos trazos ligeros. Las cerdas del pincel dejan tras de sí la sombra de una palidísima oscuridad que el viento seca inmediatamente haciendo aflorar el blanco anterior. Agua. En la taza de cobre no hay más que agua. Y en la tela, nada. Nada que se pueda ver.

Sopla como siempre el viento del norte y la mujer se ciñe su chal violeta.

—Plasson, hace días y días que trabajáis aquí abajo. ¿Para que os traéis todos esos colores si no tenéis valor para usarlos?

Eso parece despertarlo. Eso le ha afectado. Se vuelve para observar el rostro de la mujer. Y cuando habla no es para responder.

—Os lo ruego, no os mováis —dice.

Después acerca el pincel al rostro de la mujer, vacila un instante, lo apoya sobre sus labios y lentamente hace que se deslice de un extremo al otro de la boca. Las cerdas se tiñen de rojo carmín. Él las mira, las sumerge levemente en el agua y levanta de nuevo la mirada hacia el mar. Sobre los labios de la mujer queda la sombra de un sabor que la obliga a pensar "agua de mar, este hombre pinta el mar con el mar"
.

Alessandro Baricco, Océano mar.

poeta

|
poeta, la perrita con la que vive mi familia
sueña con grullas
con estalactitas de celulosa derritiendo los cauces del jardín
y en su vida también las muertes aparecen

su amigo gato se murió al pie de la escalera
con él se echaba al sol en las tardes más felices
con él comentaba las carreras de motos y la llegada de turistas

pero se murió
y poeta hizo una piñata llena de maullidos
llena de palabras de perro que suenan a gato
y lloró

mamá la vio llorar y le compró un hueso más grande que el mundo
y le dio galletas y la llevó de paseo y le dio más besos de los acostumbrados
y papá le guisó carne y le contó de sus viajes y de cuando estuvo en la marcha verde

cuando yo volví poeta bajó las escaleras
y lo único que dijo al recibirme fue “miau”
y yo tuve que dejarla dormir en mi maleta todas esas noches
para que no la alcanzaran más arañazos de la vida

antes de irme rompimos la piñata
y ella me dijo:
“esta es la forma gigantesca de origami:
origami, corazón de gato”

luego reímos, porque el corazón aquel en vez de amores
escondía en sus orillas un pequeño y sencillo nombre:
poeta

los meses que pasan I

|





origami I

|
yo siempre quise muchas cosas:
quise por ejemplo nacer un día de lluvia
en que las gotas miedosas usen paracaídas
y tengan en la boca un verso nunca escrito de altazor

y quise también sembrar mis atalayas en lo más alto de las dunas
para desaparecer con el mal tiempo

huir, quise huir como huye el ladrido del perro en la tormenta

dejar de ser caparazón de un cuerpo blando
que apenas puede decidir dónde esconderse

pero lo que siempre quise más que nada
fue que reconocieras mi barquito de papel en una multitud
vestida de periódicos, arropada con letras de tragedias
anuncios por palabras y notas culturales

quise que lo reconocieras entre una multitud semejante a las manadas
que no dejan nunca a nadie atrás y no siempre el mismo va delante

el auténtico poema de origami por Lindsey Olivares

|

martes de megáfono: poesía de origami

|

me gusta

|
sofreír la cebolla, el ajo y el tomate rojo corazón en aceite de oliva
y que suden las verduras amándose hasta la muerte

me gusta el verde redondo de tus ojos aceituna
y el tono de voz que te nace al regañarme
como si estuviera reservado para mi oído atónito
que abre desmesurado la sorpresa

me gusta que te guste que me gusten las cerezas
y que yo aplauda al morder la primera del verano
y nunca se sacie mi sed de su carne roja

me gustan los astrolabios los astros de los labios
y los labios que pueden besar incluso
lo que vive por encima de los techos

los techos también me gustan
aunque ya no creo en ellos

volver a casa
volver a ver los rostros familiares encendidos como fósforos
el árbol de azahar
el amarillo insolente de la amarilla mimosa
caminar esas calles caminar la vida entera
sin haberme ido de allí

y en cambio me gusta tanto el mundo
y beber margaritas con estas gentes que me eligieron de amiga
y cantar como locos golpeando el techo de todas las madrugadas del centro

me gusta también el vértigo de lo desconocido
la esencia efímera de las palmeras con alma de dátil
y las casas de madera cuando crujen como si sus rodillas hubieran estudiado
los sonidos perfectos de la noche

me gustan las personas que me miran a los ojos
y no se asustan
de que también yo las mire
me gusta pensar que en el mirar dos caballos se cruzan
con una margarita en la boca, y por gustar me gustaría
que se fundiesen en un beso antológico

me gustan los personajes telenovelescos de Shakespeare
me recuerdan a los propios personajes de mi vida
que usan el limpiaparabrisas cuando se llena
de espuma de cerveza inofensiva

los títeres me provocan sentimientos encontrados
me encanta que los propios sentimientos se encuentren
en algún punto del camino aunque no sepamos nunca en cuál

me gusta viajar y que me viajen
tomar fotos de los ojos redondos de la gente
y descubrir tal vez lo que de verdad están mirando

y me gusta que los tacos sean palabrotas
y tacos de comer y tacos de ojo

me gustan los cuentos donde todo es posible
y los sueños que se dejan soñar sin atreverse a despertarte
y el pan tostado con mermelada de fresa o zarzamora

me gusta decir zarzamora y acordarme de mi abuelo
que me enseñó tantas cosas de su mundo sordo de hilo

me gusta esperar aunque no me gusta esperar ni que me esperen
a menos que llegue en tren
o que me haya perdido en el laberinto de mi pelo

y me gustan las horas felices en todas las partes del mundo
que decretan un segundo para que la gente sonría al mismo tiempo
y los gajos de sus corazones cactus se pinchen unos a otros
para sentirse aún más vivos después de deshojarse
y la calima que alborota la arena y la despeina
y los camellos que me miran por encima del hombro
y el mar rompiendo el malecón con la profundidad de su conciencia

el horizonte y todos los ojos que lo buscan mordiéndome
y por eso también me gustan los vampiros

las islas y su condición
solitaria de fiesta

me gustas tú y que lo sepas
sin necesidad de escribirlo

y me gustaría huir al fin del mundo
pero tengo miedo
y no me gusta tener miedo

porque sé cómo llegar
pero no cómo volver

martes de megáfono: poesía de risa

|

tierra adentro

|

llevo tu marca en la raíz del pelo

tatuaje secreto que me distingue
como una de tus creaciones

así no voy a ningún lado
imposible escapar sin comenzar

a desear otras cosas:

deseo el mar, la espuma

y el legado del náufrago
que se ahogó tierra adentro

un cordero degollado de anaïs abreu

|

la espera

|

soy la que entra de última al avión

y aprovecha para arrancar una pluma del ala

martes de megáfono: poesía sudorosa

|

martes de megáfono: libre poesía libre

|

los que nunca duermen

|
los que nunca duermen
para jane

1.
ayer un pirata se cruzó en uno de mis cuentos
me preguntó por ti, me preguntó por los cofres que había escondido en tus dos ojos
y yo sólo supe decirle que los diera por perdidos
que los cofres locos, henchidos del hechizo de tu verde

se habían abierto a sí mismos
para mostrarte sus tesoros

aquel hombre levantó el parche de su ojo terco
me invitó a saltar

y yo salté porque cualquier excusa es buena
para lanzarse a un abismo que en principio no nos pertenece
aunque será nuestro si es necesario

el atributo de lo oscuro es que se lleva bien
con los que celebran célebres las doce en el reloj
y sienten de repente un nuevo nacimiento en sus arterias

“navégame”, me dijo el hombre centrado en mis lunares
acosando la forma que tengo de decir ciertas palabras
que sólo pueden desteñirme si quiero volar
y son mis alas la excusa perfecta para lanzarse a algún abismo
volar hacia abajo buscando la altura del ojo del venado

repaso los apuntes de mi historia mientras caigo
me susurra al oído un apuntador que ve cosas
en las que yo creí no estar
aunque luego encontré pistas
que me situaron en esa escena del crimen
a un kilómetro de sangre de mí misma

2
en todas las madrugadas que danzamos diminutas
sobre los mil y un gramos de arena del sol
estás tú sentada valiente y decidida a ponerle hielos a la noche
a enseñarle a todos la canción desesperada de los que nunca duermen solos
aquella vez que llegamos tarde a las estrellas
y exprimimos la absenta de las horas
perdimos los relojes, un zapato, una mentira

no sabría decir por qué todas las lunas me acuerdo más de ti
y de tu risa haciendo imprescindible en Bombay la negrura de tu pelo
sortilegio azabache donde el viento descansa los veranos

y si yo tuviera que elegir sin pensar un milímetro de mundo
sería de seguro el que acecha tu sombra desmedida
para no tardar más de dos segundos en cruzarnos
y que tú me digas alterando el pulso mágico de las palabras
“hay que irse de aquí “ y nos quedemos

3
tengo una confusión de mapas en el cuero cabelludo
un alud de raíces que pujan alto por quedarse en algún sitio

dónde está el lugar en el mundo
del corazón nómada que se hincó de rodillas
para besar la tierra?

están ardiendo los pretéritos y no saben conjugarse las manzanas
hay un pánico profundo debajo de la lengua del silencio
que teme lanzar su latigazo sobre el mundo y dejarnos mudos de deseo

el sol en tu cuerpose sentía un profanador de templos

4
malgasto los espacios vacíos de mí misma
que suelo rellenar con los restos de algún charco en el que bailó un niño
en el que bebió una rana que tal vez quiera ser bailarina

pero no sé
me estoy sobrevolando
dejo atrás el rastro del pájaro fonema
que cantó la canción de la chica más linda del pueblo
y no era yo

el desierto es verde de lauri garcía dueñas

|



martes de megáfono: poesía de memoria

|

7 de septiembre nuboso

|
(escrito a partir de un dibujo de jimmy liao y su hermosa soledad)

la mujer que vive en el corazón de todas las enredaderas
no recibe cartas donde pone
que su propio corazón está enredado
en los músculos del tiempo

timbra en su pecho
la retahíla de amaneceres
que esperó aquel pájaro
para besarla
(aquel pájaro que invierte
el latido del corazón
con la simple presencia
de su pico)

martes de megáfono: poesía de agua y fuego

|

entre los renglones

|
entre los renglones
a veces entre los versos
se acuestan señores serios
que les miran las piernas a las letras
y alguna dice “señor no mire tan adentro que ahí
de repente yo guardo secretos, señor no busque que tan solo
encuentra quien yo quiero”
y los señores serios
que se acuestan entre los versos
cierran un poquito los ojos
susurran casi tan solo para sus adentros “no estoy mirando”
pero les miran y no dejan de mirarles las piernas a las letras

entre los renglones

a veces entre los versos
se acuestan prostitutas sonrientes
que agarran de la mano a las vocales
y buscan en sus tramos más redondos
un mundo con silencio y menos voces
que griten en el patio del colegio
palabras que no suenan a infancia:
debajo de la falda de la escuela
se duerme muy despacio una vocal
que ahorca con sus labios el futuro

entre los renglones
a veces entre los versos
se escribe una vida paralela
al margen de los ojos de este mundo
que no siempre usa lentes y se peina
se pone un vestido de domingo
y sale a pasear por las orillas
el cruce no es cuestión de los caminos
buscando y rebuscando en las tinieblas
los ojos de esta noche que se estira
agarra dulcemente los acentos
hace con ellos la arena de los mares:
por favor, devuélveme el desierto

entre los renglones, a veces entre los versos someto a un interrogatorio a las palabras, les pongo una luz directa al fondo de la cara, ato su cuerpo frágil a una silla, las dejo sin comer y sin agua, les tapo los oídos para que sólo se oigan a sí mismas, les pregunto, les reclamo como si entendieran el idioma que se escucha que no se corresponde siempre con lo que se dice

por eso
y porque desear es arder en una hoguera que aún no está encendida
esto es un poema de desamor

martes de megáfono: poesía de madrugada

|

.

|

son las espinas la pequeña faceta afilada de las cosas

fusionistas en acción

|