carta para los que huyeron del paraíso

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crece otro tiempo en cada uno de nosotros
cada uno que palpa su propio desierto y empieza a descifrarlo
cada uno que le pone sol y oasis

hay un lenguaje para esta época en la que cada gente
se pregunta quién es de distinta forma y adónde va sin preguntar cómo
hay una espiral en el fondo de cada gota ácida de sangre
detrás de cada huracán que desploma al de enfrente en mil partículas de sal

nacieron cien dragones desde la primera vez que me tocaste y no nos dimos cuenta

yel espejo de barro que lloraba consentido se vuelve de fuego
a cada imagen que desvela, me muestra reflejos de mí que no conocía

me salpica donde más me duele para que el jardín sea cada vez más

una ciudad, una ciudad será nuestro secreto
rojo dragón que me dominas con tu fuego de amapola

arde arde arde arde

arde mi voz
que busca nueva vida
para que no me suba el nivel del mar a la azotea
llena de geranios rojos y rosas como panteras
llena de gente sentada para ver
los fuegos de artificio que me cosí a las manos

arde mi fachada en mil colores
de mi boca el humo rojo que incendia la noche
arde el caos en los ojos del hombre que juzga
en las caderas de la mujer que condena
arde mi razón aniñada en una sombra de la pared pintada con tiza

ardo de sed
ardo de rabia

cuántos fuegos caben en una persona
cuántas personas caben en una persona
porque yo me conocí de diez mil formas distintas
en distintos colores y en distintas gamas
me conocí en Berlín, en invierno
-cuando era paloma congelada-
y en Lisboa, en primavera
-cuando era de piedra luz
cuando era tren de vagones azulados-

cuánto es capaz de arder si sobran días fuera del tiempo
fuera del universo de los días

en el balcón un hombre
debajo un mundo feliz en el país de las maravillas

¿cómo te sientes?
porque sigue habiendo detrás de uno de tus años
un desierto donde siempre llueve

llueve y arde
y hay una isla que no te pertenece
-por más que quieras convencerte de lo contrario-
es propiedad de todos los piratas que naufragan
porque saben que hay una isla que les pertenece

siempre

aunque ya no haya mundo
ellos tendrán su isla
y tú tu jard
ín

11 pájaros en el árbol:

María Tabares dijo...

Evaporadita, qué lindo poema. Se siente mucha fuerza y dolor al leerlo. Es un canto igualmente en voz alta. Parece la sangre circulando vital por el cuerpo.

Sheila dijo...

Oh Eva!!
Qué bonito poema. Se deja sentir y puede llegar al fondo del corazón, que es un pequeño jardín que todos llevamos dentro. Besos

Lauri García Dueñas dijo...

Lloré, es de mis poemas favoritos Eva, qué hermoso y que sismo sentí en el corazón

La DÏéresis dijo...

Te quiero, Gallega de mi corazón!!!

Emiliano Álvarez dijo...

Eva, me encantó.

Unknown dijo...

Desde la isla feliz un naufrago te va leyendo...
Me gusta tu carta.
Saludos
AR

el árbol rojo dijo...

besísimos para todos, gracias por estar al pendiente y leer

Diana Reza dijo...

Increible este poema!!que gran canto y llamarada!!
Gracias por escribir estos poemas tan maravillosos.
Amores

José Ángel García Caballero dijo...

una ciudad, una ciudad será nuestro secreto

me encanta esto y que nombres a mi querida Lisboa,

un besote!

Anónimo dijo...

Lo he imprimido con la mala idea de leerlo en profundidad y...en profundidad lo leo y releo.
Es muy bueno,Eva.
Un continuo hallazgo de expresiones que se acercan a tu yo.A ese yo propio inmerso en los demás,pero ante todo,muy propio aunque las olas lo zarandeen.
Suerte con las playas en las que vayas haciendo pié y acumules en la memoria.
Mario.

el árbol rojo dijo...

viernes, pasé unos meses en lisboa hace unos años, adoro esa ciudad

mario, gracias siempre

besote a los dos

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