martes de megáfono: libre poesía libre

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miró-me

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joan miró, el jardín

hermano lobo

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hermano lobo
consiénteme la pena resbalosa del labio
quémame la tristeza ilusa del colmillo
mordiendo como látigo la carne del mundo

salvaje arroz, hermano
follaje inaccesible de tu voz
recostada en el alféizar de la selva
cuando llueve el día en nosotros


y nosotros somos para él
dardos filosos en su espalda muda


tus huesos cantárida de los que sufren
lobo arropado por los sueños de la luna
lobo endémico de los errantes
isla desierta de sí misma

para ti hermano lobo
recojo el esqueleto del fonema
parto para ti las palabras con cuchillo
y les beso el corazón a las vocales

este instantáneo y silábico lamento
está contigo
hermano lobo
y con tu aliento desgarrado
que hace sonámbula a la selva
que hace selvático al sonámbulo
caminante torpe de nosotros mismos
que usa nuestros ojos y la boca
para desplazar con tanto aliento
tanta pena

laboratorio experimental de poesía

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las palomitas de maíz

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en la mesa de la cocina hay un recipiente cóncavo lleno de palomitas de maíz
las palomitas de maíz tienen un funcionamiento distinto al de los demás pájaros:
ellas vuelan cuando nacen

si tienes la suerte de ver su llegada al mundo
y te fijas lo suficiente
sabrás que también sonríen

pero ahora están ahí
mágicamente perplejas
en la transparencia del plástico
separadas del cielo

yo quiero que vuelen
que se peleen por las nubes
que desnuden el azul a picotazos
para ver si es verdad
la vida más allá de los vivos

la caja de zapatos

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tengo una caja de zapatos llena de libretas y tengo más libretas en otras cajas y en otros sitios y tengo unos zapatos nuevos que me mandaron por correo aéreo, así que podría referirme a ellos como los zapatos que llegaron volando y al aterrizar escondieron sus alas para no provocar malestar en aviones y pájaros

últimamente escribo mucho sobre los pájaros de la conciencia y pienso en hitchcock sobrevolando todas sus películas, atravesando la escena como atravesamos las camas, como cruzamos los puentes, como caminamos a veces queriendo pasar a la hora justa por el lugar preciso para cruzarnos con alguien a quien tal vez le pase lo mismo y sonría al sentir la caricia de la coincidencia

tengo una caja de zapatos llena de libretas, releo las libretas y me encuentro con palabras colocadas de otra forma que dicen otras cosas y que aún no pasé a limpio

pasar a limpio qué es

1. es cuando estás sucio y te bañas
2. cuando adelantas a alguien conocido como “limpio”
3. es cambiar de hoja los escritos, los poemas, los días, es cambiar de hoja la vida, colocar en otro sitio las cajas de zapatos, por ejemplo

hoy se me llenaron los ojos de palabras, mientras comía sopa se me cayeron al plato y degusté la famosa sopa de letras, que no te hace más lista pero sí más feliz

es extraño el mundo, extraña la casualidad que nos hace creer a veces que alguien mueve los hilos, somos extraños en una caja de zapatos buscando la salida, somos el hombre que observa la escena y nunca la atraviesa, somos el que la atraviesa

el que abre la caja y se sorprende, el que la deja siempre debajo de la cama, el que la usa para hacer tapas de libretas

hoy aprendí a creer en la calabaza y aunque parezca una tontería es importante


la supervivencia depende de creer en cualquier cosa, depende de la risa, me dijo una alumna hoy, y esa alumna abrió su caja de zapatos y nos contó un latifundio de su vida en el que un hombre se atravesaba sin permiso y le robaba su cuerpo, y luego sonrió como si a pesar de todo ella de veras hubiese buscado el principio del mundo para que nadie le borre la boca

algo está cambiando dentro de las cajas de zapatos:
el corazón que late se empieza a ver en el cartón

martes de megáfono: poesía de ombligos

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26 de agosto despejado

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Una hoja está a punto de marchitarse y caer,
y yo soy la única persona del mundo que lo ve.
Aún soy pequeño y no entiendo muchas cosas,
pero le prometo que vivirá siempre en mi corazón.

Jimmy Liao, Hermosa soledad, en Bárbara Fiore Editora.

martes de megáfono: poemas mentirosos

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tierras de cristal

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(...)
Despacio. Despacio, como si estuviera caminando sobre una telaraña.






Despacio.
Como la carcoma.






Seguía preguntándose si alguna vez lo perdonaría.





621. Demonios. Ángeles malogrados. Bellísimos, sin embargo


El musgo. Eso es: el musgo.


(...)






Deja que se queme esa vela, no la apagues, por favor. Si me quieres, no la apagues.






Se acordaba de todo, pero no del nombre. Se acordaba incluso del perfume que llevaba. Pero no del nombre.
...que si a uno le preguntaran, de qué color es el cristal, este jarrón de cristal, por ejemplo, de qué color es, y él no tuviera más remedio que responder, responder con el nombre de un color...
Pero ésa era la última frase del libro.





Una carta que uno espera de hace años y luego un día llega.




(...)




Lo he oído perfectamente. Eso era un grito.


-En último caso, se podría incluso acortar un poco esa chaqueta. Si no es más que una cuestión de unos centímetros, se podrían hacer un par de retoques...
-Ni pensar en acortar nada. Con el destino no se hacen trampas.
Pekisch y la viudad Abegg , sentados en el porche, uno frente al otro.




(...)




Nevó. Sobre el mundo entero y sobre Pekisch. Un sonido hermosísimo.





-En último caso se podría incluso alargar un poco esa chaqueta. Nada más que un par de centímetros, así, a escondidas...
-Ni pensar en alargar nada. Con el destino no se hacen trampas.
Pehnt y Pekisch, de pie, sobre la colina, mirando lo más lejos posible.





(...)






1901. Sexo. PRIMERO quitarse las botas, DESPUÉS los pantalones.




(...)



Y, sin embargo,
si por ejemplo se pudiera en el mismo instante, justo en el mismo instante, al mismo tiempo - (...), ver volar una carcoma, tocar el musgo, (...), abrir una carta que se espera desde hace años, (...), acordarse de un nombre olvidado, leer la última frase de un libro, oír un grito, tocar una telaraña, (...), perdonar a alguien nunca perdonado...


Alessandro Baricco, Tierras de cristal, en Anagrama.

poema de la rodilla

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1.

yo estaba allí
cuando dijiste “fugaz”
y se estrellaron en el cielo
todos los pájaros de la tarde

desde entonces
estoy intentando reponerme de mí
hago cosas que me hacen parecer otra persona
inquieta descubro parecidos entre mi cuerpo y una hormiga
y tiemblo de pensar que tal vez alguien me aplastó y no lo supe

2.

se cierran las puertas
se abren los caminos
el invierno llegará hasta todos
como una enfermedad pacífica
sobre la que colgarán todos los puentes

(alguien caminará por ellos
simplemente temeroso de caerse al frío)

3.

llevo toda la semana escuchando las mismas canciones incompletas
y buscando una que sólo sea para mí
a veces necesitamos cosas que sólo sean para nosotros
y nos completen esos órganos vitales que funcionan mal
una cucharadita de azufre pá cuando el corazón sufre
una ramita de perejil si no podemos dormir
un trozo de carbón para calentar el pulmón
y un hilo por si perdemos el camino

yo tengo una caja de secretos donde guardo botones
y bolsitas de té
te lúrico
te trico
te merario
te mazcal

pero a veces las palabras no dan sabor
y es fácil perderse en el azúcar

llevo toda la semana escuchando canciones incompletas
y buscando una que sea sólo para mí
podría pasarme así toda la vida

4.

ayer me caí
y todos mis deseos se concentraron en mi rodilla izquierda
que se hinchó de orgullo e incluso cambió de color

estuve esperando toda la mañana
para caerme frente a una farmacia

sé que mi cuerpo está enfadado
y por eso se cae de mí
como a veces el alma se te cae al suelo
como si estuviera buscando su arete favorito

pero ayer en el piso
me esperaban la dureza de la vida
y una hormiga que se me enredó en el pelo
como a veces tú te enredas en mi cuerpo

cerré los ojos
y me ví en una cazuelita de barro
acurrucada como un frijol de olla
que busca su lugar en el mundo
cerré los ojos
y vi que alguien abría la cazuelita
me encontraba y ponía la misma cara
que cuando encuentras un billete perdido

la hormiga me miraba
abrí los ojos y la hormiga me miraba

5.

pensé que ayer el invierno se abría paso en mi memoria, que venía bajando de los astros para regalarme las palabras incómodas de los caídos, pensé que una broma hambrienta del destino venía a cebarse en mí

y vinieron a mi mente las mismas canciones incompletas que estuve escuchando en la semana y la hormiga las tarareó para mí, sólo para mí

martes de megáfono: las siluetas de la soledad

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quédense en su casa

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difícil es

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difícil es el mundo ciertos días en que le duele la cabeza las muelas o un diente destinado a fracasar en un vaso de leche y no se queja a pesar de que la sopa esté caliente y le queme la lengua y le arrase uno de los corazones que dejó por descuido en el camino a pesar de que le inunde el neocórtex y todas las neuronas borrachas bailen una canción que sin mencionar la palabra libertad habla de ella como las lenguas que están destinadas a decir lo que nunca dirán y sin embargo admiten con una pastilla de un color muy tenaz que los perros ladran a pesar de la luna y sus deslices en el malecón a pesar de tanta luna que se te clava en el pecho para que al fin encuentres el ritmo cristalino de la lluvia en una ventana que no se abre nunca a pesar de todos los lunares luminosos que pidieron permiso de residencia y se quedaron a vivir bajo tu piel de pergamino pecaminoso donde alguien escribe palabras que empiezan por p y nunca acaban

difícil es el mundo ciertos días en los que solo quiere sol solitario hechizo de las brujas que abandonan las escobas detrás de las puertas para que sólo lleguen las visitas más hermosas y siempre sea una fiesta que acaba de llegar y está a punto de irse donde los invitados ríen sin parar acunados en el cielo de su campanilla que suma y sigue buscando amaneceres que rechinen los dientes y reclinen los cuellos y bailen agarrados de la mano alrededor del árbol de pomelo que una noche se subió en un tacón aguja y voló hasta el infinito para dejar de ver hormigas y ver fueguitos

difícil es el mundo ciertos días en que alguien acaba un libro y es como si se le acabara la vida porque quiere quedarse a vivir allí para siempre y suena el teléfono y le chillan y dicen que el mundo es difícil ciertos días porque ella no está o está mirando o porque mira bajo y mira el suelo y en el suelo un charco es un océano que se cruza de un salto


eva cabo

jueves de influenza

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el mal ya está hecho

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el mal ya está hecho
mientras los dioses discuten sobre mí
y sangran silenciosos granadas
sobre el fonema más acuoso de mi lengua

no hay por qué huir
si la verdad decide por nosotros
e instalada en nuestro propio corazón
se escapa por los polos opuestos de este mundo
y tal vez nos sobrepase sin saber
que también con espinas en el cuello
se puede respirar, aunque te ahorquen los fantasmas
y la lluvia esté asustando tus pulmones

tenemos miedo desde ayer
fundido con las ganas de hacer amor desmesuradas
y no nos importa decir que somos frágiles como el caparazón de la tortuga
sencillos como el sendero que sigue el copo de nieve en su descenso a los infiernos

estoy tratando de mantener la calma
aunque si la calma quiere irse es porque no está tranquila
le sobramos como sobran las mantas para el frío con el calor de la mañana

no escuchamos solo lo que se pronuncia
lo impronunciable está latente en cada cosa que palpamos
amamos el mar porque nos duele tanto infinito concentrado en una sílaba
que no seremos capaces de morder nunca

me salieron al paso dos grúas que confundí con molinos
las esquivé con un martillo que les recordó su infancia
me salieron otra vez los dientes con los que mordí la primera manzana
los que hundí en el primer cuello los que se me cayeron de vergüenza
sellé con besos una partitura sucia donde escribiste tres veces mi nombre

pero ahora estamos pluviosos
sencillos
milimétricos
asustados
tremendos
nos quitaron el asfalto
y tanto sol se pega a la suela en la garganta

tengo dejavús
mamá, me duele
como le duelen a la rosa las espinas que no sangran
estamos lejos de hacernos grandes
y los gigantes de mi sombra desmedida
hablan con los pájaros de mi conciencia

la ciudad contrajo sus pulmones
estornudó sobre las pieles sensibles de este mundo
y amaneció con la boca tapada por los besos que no se dieron
por los besos que las patrullas detuvieron en las calles
y encerraron en los calabozos sin derecho a abogado
y la ciudad cerró su ojo sobre el centro como una burbuja protectora
para que el beso estuviese a salvo en alguna parte de su cuerpo

y yo caminé por esas calles como si la huella del beso
fuese una herida que yo siempre quise tener en mi vientre
caminé de puntitas para no dolerle a nadie
porque dentro de mi hay alguien que camina mis calles
como si la huella del beso fuese una herida
que siempre quiso tener en su vientre
y camina de puntitas para no dolerme nunca

están desubicados los fonemas desde ayer
y la gente abarrota los supermercados buscándolos
en el arroz en los frijoles en las papas en los chiles
y van a los restaurantes que están cerrados a preguntar por ellos

hay pandemia de no abrazos
de no labios al viento enrevesado de los rascacielos
a no hacer de la mano embajadora del saludo
histérica la concesión a lo desconocido

la gente huyó de la ciudad
se saltó la cuarentena
y nos dejó a unas pocos
con tantas ganas
de respirar a cielo abierto
que esterilizamos
los labios con cerveza
y nos creemos mariachis encendidos

el tráfico ahora es sólo cosa de los corazones
la contaminación ya no viene del caos
y los pocos que quedamos –millones-
apagamos la tele y prendemos las velas
que dentro de nosotros mismos son tan sabias
que nos dan calor y no nos queman